Ese momento en el que tu chico te dice que le da morbo grabar videos porno contigo y tú aceptas solo porque lo ves demasiado cachondo como para cortarle el rollo… Lo bueno es que la grabación mereció la pena, porque se la estuvo follando a cuatro patas la mar de bien, claro que luego no le pidió permiso para colgar el vídeo en la Red…
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