El chocho gordo de su madre acabó lleno de leche

Santo dios, el chocho gordo de su madre es toda una invitación para hacer cosas realmente sucias con él. Morderlo, chuparlo, escupirle, lamerlo, follarlo, besarlo y cualquier otro infinitivo que se te pueda ocurrir, es lo que incita ese cacho de coño. Sus tetas no se quedan atrás, pero esa rajota es demasiado atractiva como para no centrarse exclusivamente en ella. Su hijo sabe muy bien de lo que estamos hablando porque es el afortunado que la mete día sí y día también. Mirad cómo se la folló y cómo ambos acabaron suspirando y jadeando como cerdos, vaya momentos de tensión y excitación vivirán madre e hijo.